Una añoranza plástica, de manoseo
El confinamiento me provoca una nostalgia de vidas callejeras de otro tiempo. Echo de menos usar y mirar cabinas. Es una añoranza plástica, de manoseo.

El confinamiento me provoca una nostalgia de vidas callejeras de otro tiempo. Echo de menos usar y mirar cabinas. Es una añoranza plástica, de manoseo.
Los desastres naturales no existen; la diferencia entre quién vive y quién muere se debe a una serie de decisiones sociales, visibles e invisibles. Las muertes siempre son culpa de alguien. O quizás de todos. O quizás no, y ya está bien de sentir tanta culpa.
La desgracia de nuestros semejantes nos hace sentir un alivio muy parecido a la felicidad. Se llama sentirse afortunado.
Escrit@r, deja de regalarte para que multimillonarios amasen datos y jueguen a ser Dios. Independízate de la mayor estafa cultural de nuestro tiempo. Cierra tu Facebook. Ábrete un blog.
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Hablaré de por qué hago arte. Por qué escribo novelas. Y por qué escribí las novelas que escribí.
Azúa, para denunciar la corrupción del lenguaje, corrompe el suyo propio, valiéndose de las mismas trampas retóricas que trufan las comunicaciones demagógicas de la política y el sensacionalismo en general.
Leer Más Félix de Azúa, o cómo denunciar la corrupción del lenguaje corrompiendo el lenguaje